30 jun 2010

EL ROCK Y EL SOUL SE VISTEN DE PÙRPURA ...

Por NoRocKma 101...


PRINCE
en DOMINGOS
de IDEA MUSICAL


Con el álbum For You, el diminuto genio de Minneapolis, conocido como Prince, se presento al mundo en 1978, tras diez años de trabajo duro entre bambalinas en su ciudad natal. Sin duda, fue un debut interesante, pero no logró gran éxito. El entorno natural del artista era el escenario donde actuaba llevando medias y liguero y muy maquillado (un homenaje a los grandes como Little Richard y Rick James), pero la impresión se convertía en asombro cuando empezaba a tocar la guitarra. En ese momento, Jimi Hendrix era el ícono al que mas se parecía. La ruta que Prince siguió hacia el éxito lleveba del soul al funk, pasando por el rock y el punk.

Un retrato acertado de este músico, como el propio Prince afirmó, es de <>. Estamos en el planeta Prince, disco tras disco, desde su multiplatino Purple Rain hasta Sing of the Times o el legendario Black Album, con su gran homenaje a James Brown, y el mas inconexo triple álbum Emancipation, igualmente lleno de calidad. Prince ha tocado con Rick James, Morris Day y The Time; se ha unido al legendario George Clinton en el escenario y produjo un álbum de Mavis Staples, ya conocida por el público roquero por sus otras colaboraciones (Incluida la película de Scorsese The Last Waltz con The Band, Clapton y otros).

El balance es que Prince estendió su círculo y buscó un consenso. A lo largo de su carrera. Prince nunca ha ocultado el hecho de que deseaba sentir la comodidad de verse arropado por otros músicos; quería romper su soledad y siempre encontraba un motivo para continuar haciendo música. El gran éxito de la banda sonora de Batman también destacó la debilidad de Prince: el estrecho espacio que a menudo evita que forme parte del carrusel comenrcial en el que Michael Jackson viaja con tanta facilidad. La tumba siempre está a un solo paso, y Prince a menudo camina por el filo; en este caso, bien podría haber dado un traspie. Sin embargo tras Batman, apareció Graffitti Bridge y el genio de Minneapolis recobro la compostura. El álbum se ha considerado la cima de la producción contemporánea de Prince y confirmó lo que ya sospechábamos: una vez resueltas sus crisi artísticas y personales (se vislumbra en la frase que aparece al omienzo del disco, antes de la música, en la que se dirige a su padre y admite que las cosas a veces no han sucedido como él queria, y que a menudo algo de su interior le hace sentir como si explotara), el músico cumplia sin duda, su papel de intermediario elegido entre el funk histórico y el nuevo rap urbano, instalandose en una dimensión entre el rock y el soul y mezclándolos con un amplio espacio para maniobrar.

La electrónica y la mera presencia física (como el chasquido de los dedos que a menudo se oye entre dos temas), equilibradas con pegadizos ritmos llamativos, pero romáticos, interrumpidos por solos y sonidos que parecen producto de cualquiera de las calle en los distritos negros, aparecen en Graffitti Bridge como un autentico manifiesto para un músico y una cultura musical. Aunque como el resto de sus otros álbumes, ha menudo parece que las canciones se han compuesto para ser fieles a la visión del primero más que para encajar a los confines de la segunda. Es un esfuerzo que parece más allá del alcance de cualquier otro, pero, por supuesto, es normal para el solitario perfeccionista de Prince. Fue esta exploración la que trnsportó a Prince del pasado al presente, y la que le llevará al futuro.


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