7 nov 2008

C a l e x i c o Carried to Dust


El pasado mes de septiembre la banda de indie rock originaria de Tucson, Arizona, conocida como “Calexico”, sacó su sexta producción titulada “Carried to Dust”, un disco que recupera el sonido y espíritu de su mejor trabajo titulado “Feast and Wire”, editado en el 2003 y que fusiona rock y ritmos fronterizos con tintes de música mexicana.

En este álbum mezclan rock, algo de western, tex mex, y hasta un son cubano podrán escuchar en la canción “Inspiración”, cantada en un castellano poco castizo (“ya es muy tarde para decirte que soy cambiado”), con la participación del talentoso Jacob Valenzuela que se hace acompañar de la española Amparo Sánchez del grupo, “Amparanoia”, en los coros.

Algunas canciones me hicieron recordar a “Chris IsaaK” y su canción “Wicked Game”, o a “Mark Knopfler” con su disco “Sailing to Philadephia” y al grupo “Chingon”. Sin duda, el espíritu vitalista de esta banda y la calidad de sus músicos nos muestran de una manera distinta, que uno de los factores más determinantes en la formación de los EE.UU. de Norteamérica, han sido sus inmigrantes, y como muchas veces, es la música el elemento que logra mostrar con naturalidad, la belleza dentro de la mezcolanza.

En esta sexta entrega producida por Nick Luca, “Calexico” nos deja claro desde la portada que se trata de una vuelta a los orígenes musicales después de ese maravilloso coqueteo con el pop llamado “Garden Ruin”, producido en el 2006.

Con sorpresiva referencia a Chile, el disco abre con “Victor Jara’s Hands”. Para los que no sepan, Jara, uno de los máximos exponentes de la “Nueva Canción Chilena”, fue un personaje encarcelado por los militares golpistas en el año de 1973, y antes de morir, fue sometido a distintas torturas en el estadio que ahora lleva su nombre. Torturas que se reflejaron en hechos como el haberle cortado las manos y posteriormente decirle: “A ver si puedes seguir cantando ahora”. Otra canción alusiva al Puerto de la Quinta Región, en Chile, es la número ocho que se titula “Hause of Valparaíso”.

Bajo una atmósfera melancólica que tiene su punto culminante en el cierre de “Contention City”, “Carried to Dust” responde a las exigencias de los fans más ortodoxos de la banda.

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