
Eric Clapton, considerado dentro de los mejores guitarristas del mundo, y por lo mismo, conocido como “Dios”, ha tenido una de las vidas más rebuscadas del panorama musical internacional viéndose involucrado en drogas, alcohol y mujeres... llegando a ser una forma imprescindible de Clapton para hacer de él una leyenda viva del rock. Eric Clapton relata todo esto y más en su autobiografía titulada “Clapton”, la cual, ha sido calificada por la prensa estadounidense como "conmovedora".
El libro está plagado de recuerdos musicales y "opciones equivocadas". Comienza con los recuerdos de la infancia del músico nacido en Inglaterra en el año de 1945, una infancia que se torna dura cuando Clapton descubre que los que creía eran sus padres, Rose y Jack, en realidad eran sus abuelos, y que su hermana, era su verdadera madre. Una historia que a Clapton lo hace vulnerable como a muchos que han descubierto que su historia es igual.
Clapton también cuenta sobre las bandas de jazz que en su juventud le animaron a subirse a los escenarios así como el “Blonde on blonde” de Bob Dylan y otros creadores como James Brown o Bob Marley que fueron algunas de sus inspiraciones que pronto se convirtieron en todo un talento mundial y una pasión de desmesurados por la música. Los frutos de esta pasión desmesurada llegaron a crear conceptos maravillosos como lo fue “Cream”.
A principios de la década de los años setenta, llegó el despegue como solista de Clapton, que ya venía cargando con una afamada reputación gracias a sus colaboraciones con el propio “Dylan” o “The Beatles” y a éxitos como “Layla”, que escribió para Pattie Boyd, que en aquel entonces era esposa de su amigo George Harrison-.
En ese entonces, Clapton se sumió en una profunda adicción a las drogas; fueron los llamados "años perdidos" para el músico británico hasta que editó “461 Ocean Boulevard” en el año de 1974, uno de los mayores éxitos que constituyen la impecable trayectoria musical de Eric y el cual contiene la versión de “I shot the sherif”.
A este éxito le siguieron varios discos más y otro de sus momentos más importantes para Clapton, que fue con la salida de “Slowhand”, un disco editado en el año de 1971. Ambos discos tuvieron una gran acogida por el público británico al grado de mantener a Calpton en la dura carretera de la música, el resto de la década.
Increíble, a pesar de que Clapton se enamoró de Patti Boyd y terminó casándose con ella, la relación con George Harrison jamás se vio afectada por dicho detalle. Patti fue una mujer a la que Clapton apodaba “Nell”. Con ella vivió una relación nada idílica como parecía por culpa de su adicción al alcohol, inevitable sustituto de las drogas para el músico.
La batalla con su nueva adicción se prolongó durante muchos años. Prácticamente toda la década de los años ochenta vivió sumergido en un infierno, y a éste padecimiento, se sumó la inesperada muerte de su hijo de cuatro años de edad llamado Conor, la cual, supuso una absoluta catarsis para Clapton, reconciliándolo aún más con la música. Como resultado de todo este infierno, creó uno de sus temas más conocidos y exitosos titulado “Tears in Heaven”, un tema con el que luchó contra todos sus demonios internos y que encauzó definitivamente una carrera que ahora se encuentra en la etapa de la plena madurez.
El libro está plagado de recuerdos musicales y "opciones equivocadas". Comienza con los recuerdos de la infancia del músico nacido en Inglaterra en el año de 1945, una infancia que se torna dura cuando Clapton descubre que los que creía eran sus padres, Rose y Jack, en realidad eran sus abuelos, y que su hermana, era su verdadera madre. Una historia que a Clapton lo hace vulnerable como a muchos que han descubierto que su historia es igual.
Clapton también cuenta sobre las bandas de jazz que en su juventud le animaron a subirse a los escenarios así como el “Blonde on blonde” de Bob Dylan y otros creadores como James Brown o Bob Marley que fueron algunas de sus inspiraciones que pronto se convirtieron en todo un talento mundial y una pasión de desmesurados por la música. Los frutos de esta pasión desmesurada llegaron a crear conceptos maravillosos como lo fue “Cream”.
A principios de la década de los años setenta, llegó el despegue como solista de Clapton, que ya venía cargando con una afamada reputación gracias a sus colaboraciones con el propio “Dylan” o “The Beatles” y a éxitos como “Layla”, que escribió para Pattie Boyd, que en aquel entonces era esposa de su amigo George Harrison-.
En ese entonces, Clapton se sumió en una profunda adicción a las drogas; fueron los llamados "años perdidos" para el músico británico hasta que editó “461 Ocean Boulevard” en el año de 1974, uno de los mayores éxitos que constituyen la impecable trayectoria musical de Eric y el cual contiene la versión de “I shot the sherif”.
A este éxito le siguieron varios discos más y otro de sus momentos más importantes para Clapton, que fue con la salida de “Slowhand”, un disco editado en el año de 1971. Ambos discos tuvieron una gran acogida por el público británico al grado de mantener a Calpton en la dura carretera de la música, el resto de la década.
Increíble, a pesar de que Clapton se enamoró de Patti Boyd y terminó casándose con ella, la relación con George Harrison jamás se vio afectada por dicho detalle. Patti fue una mujer a la que Clapton apodaba “Nell”. Con ella vivió una relación nada idílica como parecía por culpa de su adicción al alcohol, inevitable sustituto de las drogas para el músico.
La batalla con su nueva adicción se prolongó durante muchos años. Prácticamente toda la década de los años ochenta vivió sumergido en un infierno, y a éste padecimiento, se sumó la inesperada muerte de su hijo de cuatro años de edad llamado Conor, la cual, supuso una absoluta catarsis para Clapton, reconciliándolo aún más con la música. Como resultado de todo este infierno, creó uno de sus temas más conocidos y exitosos titulado “Tears in Heaven”, un tema con el que luchó contra todos sus demonios internos y que encauzó definitivamente una carrera que ahora se encuentra en la etapa de la plena madurez.
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