Sir Paul McCartney o la feria de las vanidades
Roverto Ponce./ Proceso
Roverto Ponce./ Proceso
Aun cuando la pareja compositora de Lennon y McCartney integró el dueto de creadores musicales más importante del siglo pasado, tal obsesión por la máxima ganancia de un artista no se justifica.
Así opina desde Nueva York el polémico escritor norteamericano Robert Bob Rosen, quien hace una década publicó su escabrosa biografía sobre los días finales de John Lennon, manipulado por su mujer, la artista japonesa Yoko Ono, Nowhere Man (Grijabo), “hombre de ningún lugar”, traducida recientemente al italiano:
“Yo personalmente no pagaría ni mil pesos mexicanos ni cuatro y menos siete mil por ir a un concierto de Paul McCartney, en realidad cuesta mucho trabajo ganar ese billete actualmente y para ser sinceros, me parece un atraco a despoblado venga de quien venga, empresarios, piratas, revendedores, compañías cerveceras o músicos.
“Me imagino lo que un mexicano debe luchar para que le rinda el dinero y es absurdo derrocharlo en un concierto donde no hay nada nuevo, musicalmente hablando y sólo hay nostalgia. O avaricia.”
Rosen dedicó un capítulo entero denominado Money (“dinero”) en su libro Nowhere Man a los afanes de John y Yoko por mantener y aumentar de por sí enorme riqueza discográfica de Los Beatles, a través de la música.
Amigo cercano de Fredric Seaman, el último asistente de la famosa pareja en Nueva York quien robó los diarios de los siete años finales de Lennon antes de ser asesinado, Rosen tuvo en su poder y fotocopió aquellos documentos escritos de puño y letra de John y cuenta que con Yoko solían gastarse una fortuna comprando en uno de los gigantescos malls del Village neoyorquino todo lo que podían en breves minutos.
Pero una vez cuando iban de vuelta en su limosina a su habitat del edificio Dakota (donde fue asesinado el 8 de diciembre de 1980), la pregunta de Lennon a Yoko era la misma:
“¿Y ahora qué vamos a hacer con tanta comida?”
El bajista mexicano Rafael González Kazt, fundador del brillante conjunto de rock capitalino Cristal y Acero por aquella época, dijo a Apro:
“Yo adoré a Los Beatles, me aprendí todas sus canciones de memoria al grado que en las fiestas de nuestro representante Toño Mayer en Mixcoac les apostaba una ronda de cervezas si alguien me pedía alguna de las piezas de ellos y yo no supiera cómo iba, al piano o en guitarra. Nunca perdí, pues llevé esa música en mi corazón y en la piel por décadas. Compré todos sus discos cuando salieron en Long Play, luego en casét y después en CD; pero no volvería a comprarlos en digital ni me interesa oírlos así. Tampoco gastaría los miles de pesos por asistir a un concierto de Macca.
“El mundo no se acaba si no ves a Paul McCartney, creo que hay otras cosas más importantes en el arte y en la vida que Macca.”
Y desde Tijuana, Baja California, la celebridad local del rock El Brujo Javier Bátiz, requintista que enseñó a Carlos Santana a tocar entre 1957 y 1963 para se convirtiera en el mejor músico de rock nacional a finales de los años sesenta, expresó: “Pues yo tengo la misma edad que McCartney, estoy vivo y tocando como nunca, pero el tipo está hinchado de lana y aquí me siento marginado en mi mismo país.
Estos batos de Ocesa y altos políticos de la cultura nacional no quieren reconocer que existo y nunca me invitan a su pachanga de conciertos Vive Latino!e En el Foro Sol, me parece increíble tanto malinchismo. .. En cambio llega un Joaquín Sabina o Joan Manuel Serrat y el presidente los invita a cenar, en vez de pedir que hagan un concierto gratuito en el zócalo hoy que México celebra 100 años de la Revolución Mexicana y 200 de Independencia.
“Yo de plano ya me volví vegetariano con mi mujer que toca la batería en mi banda, todo por ser discriminado en mi propia patria, ¿por quiénes? ¡por los empresarios y los organizadores de tocadas, los políticos de Conaculta y Ocesa! Tenemos que comer arroz y frijoles para dar mis clases a niñitos, pero es que no me alcanza para nada.
“En cambio, viene Elton John o Paul y a ambos el INAH (Instituto Nacional de Antropología e Historia) les abre las pirámides de Chichén-Itzá de par en par para su música que ya está muy oída, cuando el gobierno debería por mera memoria histórica y presencia musical, otorgarnos prioridad a los músicos mexicanos que nacimos en el rock de aquellos tiempos antes del Festival de Avándaro (1971).”
Elton John, quien hace unos meses declaró en Inglaterra que “Jesucristo era gay”, actuó en la zona sagrada maya el 3 de abril y la gobernadora yucateca Ivonne Ortega Pacheco anunció que McCartney también vendría Chichén-Itzá, pidiendo a la sociedad en la península:
“No hagan caso de las voces destructivas, vamos a no dejar que la crítica irracional les nuble la vista... Ya trabajamos con él. Prácticamente sólo falta confirmar la fecha. Ya hablamos personalmente y puede que venga en 2011 ó 2012. No sabemos todavía, estamos en negociaciones.”
En junio de 1998, la fortuna de Sir Paul se cotizó en 750 millones de dólares, aseguró la publicación británica Business Report en su lista de los cien artistas mejor pagados en el mundo. Elton John iba en segundo, con 250 millones; sin embargo, en 2010 sus ganancias andan cerca de los 500 millones, a decir de la revista Forbes.
Madonna tendría 350 millones y Macca seguiría liderando los roqueros más ricos, con alrededor de 650 millones de dólares. En la cumbre de la pirámide total, como sabemos, se halla Carlos Slim, con tanto dinero como la mayoría de los mexicanos jamás lograrán ver apilado en esta feria de las vanidades llamada vida en el sistema megacapitalista.
Así opina desde Nueva York el polémico escritor norteamericano Robert Bob Rosen, quien hace una década publicó su escabrosa biografía sobre los días finales de John Lennon, manipulado por su mujer, la artista japonesa Yoko Ono, Nowhere Man (Grijabo), “hombre de ningún lugar”, traducida recientemente al italiano:
“Yo personalmente no pagaría ni mil pesos mexicanos ni cuatro y menos siete mil por ir a un concierto de Paul McCartney, en realidad cuesta mucho trabajo ganar ese billete actualmente y para ser sinceros, me parece un atraco a despoblado venga de quien venga, empresarios, piratas, revendedores, compañías cerveceras o músicos.
“Me imagino lo que un mexicano debe luchar para que le rinda el dinero y es absurdo derrocharlo en un concierto donde no hay nada nuevo, musicalmente hablando y sólo hay nostalgia. O avaricia.”
Rosen dedicó un capítulo entero denominado Money (“dinero”) en su libro Nowhere Man a los afanes de John y Yoko por mantener y aumentar de por sí enorme riqueza discográfica de Los Beatles, a través de la música.
Amigo cercano de Fredric Seaman, el último asistente de la famosa pareja en Nueva York quien robó los diarios de los siete años finales de Lennon antes de ser asesinado, Rosen tuvo en su poder y fotocopió aquellos documentos escritos de puño y letra de John y cuenta que con Yoko solían gastarse una fortuna comprando en uno de los gigantescos malls del Village neoyorquino todo lo que podían en breves minutos.
Pero una vez cuando iban de vuelta en su limosina a su habitat del edificio Dakota (donde fue asesinado el 8 de diciembre de 1980), la pregunta de Lennon a Yoko era la misma:
“¿Y ahora qué vamos a hacer con tanta comida?”
El bajista mexicano Rafael González Kazt, fundador del brillante conjunto de rock capitalino Cristal y Acero por aquella época, dijo a Apro:
“Yo adoré a Los Beatles, me aprendí todas sus canciones de memoria al grado que en las fiestas de nuestro representante Toño Mayer en Mixcoac les apostaba una ronda de cervezas si alguien me pedía alguna de las piezas de ellos y yo no supiera cómo iba, al piano o en guitarra. Nunca perdí, pues llevé esa música en mi corazón y en la piel por décadas. Compré todos sus discos cuando salieron en Long Play, luego en casét y después en CD; pero no volvería a comprarlos en digital ni me interesa oírlos así. Tampoco gastaría los miles de pesos por asistir a un concierto de Macca.
“El mundo no se acaba si no ves a Paul McCartney, creo que hay otras cosas más importantes en el arte y en la vida que Macca.”
Y desde Tijuana, Baja California, la celebridad local del rock El Brujo Javier Bátiz, requintista que enseñó a Carlos Santana a tocar entre 1957 y 1963 para se convirtiera en el mejor músico de rock nacional a finales de los años sesenta, expresó: “Pues yo tengo la misma edad que McCartney, estoy vivo y tocando como nunca, pero el tipo está hinchado de lana y aquí me siento marginado en mi mismo país.
Estos batos de Ocesa y altos políticos de la cultura nacional no quieren reconocer que existo y nunca me invitan a su pachanga de conciertos Vive Latino!e En el Foro Sol, me parece increíble tanto malinchismo. .. En cambio llega un Joaquín Sabina o Joan Manuel Serrat y el presidente los invita a cenar, en vez de pedir que hagan un concierto gratuito en el zócalo hoy que México celebra 100 años de la Revolución Mexicana y 200 de Independencia.
“Yo de plano ya me volví vegetariano con mi mujer que toca la batería en mi banda, todo por ser discriminado en mi propia patria, ¿por quiénes? ¡por los empresarios y los organizadores de tocadas, los políticos de Conaculta y Ocesa! Tenemos que comer arroz y frijoles para dar mis clases a niñitos, pero es que no me alcanza para nada.
“En cambio, viene Elton John o Paul y a ambos el INAH (Instituto Nacional de Antropología e Historia) les abre las pirámides de Chichén-Itzá de par en par para su música que ya está muy oída, cuando el gobierno debería por mera memoria histórica y presencia musical, otorgarnos prioridad a los músicos mexicanos que nacimos en el rock de aquellos tiempos antes del Festival de Avándaro (1971).”
Elton John, quien hace unos meses declaró en Inglaterra que “Jesucristo era gay”, actuó en la zona sagrada maya el 3 de abril y la gobernadora yucateca Ivonne Ortega Pacheco anunció que McCartney también vendría Chichén-Itzá, pidiendo a la sociedad en la península:
“No hagan caso de las voces destructivas, vamos a no dejar que la crítica irracional les nuble la vista... Ya trabajamos con él. Prácticamente sólo falta confirmar la fecha. Ya hablamos personalmente y puede que venga en 2011 ó 2012. No sabemos todavía, estamos en negociaciones.”
En junio de 1998, la fortuna de Sir Paul se cotizó en 750 millones de dólares, aseguró la publicación británica Business Report en su lista de los cien artistas mejor pagados en el mundo. Elton John iba en segundo, con 250 millones; sin embargo, en 2010 sus ganancias andan cerca de los 500 millones, a decir de la revista Forbes.
Madonna tendría 350 millones y Macca seguiría liderando los roqueros más ricos, con alrededor de 650 millones de dólares. En la cumbre de la pirámide total, como sabemos, se halla Carlos Slim, con tanto dinero como la mayoría de los mexicanos jamás lograrán ver apilado en esta feria de las vanidades llamada vida en el sistema megacapitalista.
1 comentario:
Puro veneno y ardidez. "Odio a Paul McCartney porque es historia viviente de la musica y yo no". Ese super conocedor de los Beatles, quizá no sepa que la gloria de la banda comenzó FUERA de su país. Debería leer un poco al respecto y comentarle al otro ruquito amargado. La música beatle es arte puro, pues hay algo mas en comun entre estos nacos y los Beatles, sinchote que tambien le pusieron a la mota a morir, y tampoco salió nada que realmente valga la pena. No es que sean mexicanos ignorados, son jodidos que no saben hilvanar tres acordes de manera decente y que además hablan puras pendejadas en sus pseudocanciones. Por supuesto que no hay punto de comparación, por eso la gente paga lo que sea por ver y escuchar a McCartney escuchar las canciones de siempre, y por los marihuanos que se dicen musicos mexicanos nadie da un peso partido por la mitad. He dicho.
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