CINEXPERIENCIA - Bati-clavados

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Por ... José María Rodríguez y Juan Carlos Villalobos

Después de mucho batallar con las multitudes de fin de semana y con la poca abuela de los distribuidores (que siguen pensando que los espectadores somos todos analfabetas y siguen programando la mayoría de las copias espantosamente dobladas al español), sus servilletas pudieron colarse a una de las funciones (a deshoras), que se programaron para el estreno de Batman: El Caballero de la Noche (Christopher Nolan, 2008).

De mil amores habríamos dejado la cinta para un momento menos extremo, pero como era obligado entregarle, estimado lector, una columna al respecto, poco importó darnos codazos con los salvajes que se colaban en las filas, los calores de las salas repletas y comprar los boletos siete horas antes.

Total, ahí estábamos, sentaditos y apantallados con los comentarios de expertos a diestra y siniestra, porque qué barbaridad, cómo hay especialistas en Batman en esta ciudad, que aparte consideran que Heath Ledger, como el Guasón, merece el Óscar, el Ariel, el Salvo y hasta el Mayahuel.

Desafortunadamente estas lumbreras guardaron silencio al comenzar la proyección (¡milagro en Guadalajara!), que si no, ésta habría sido una columna de plagios, pero académica.

Y comienza la acción con una buena secuencia de asalto bancario, que recuerda a Heat (Michael Mann, 1995) y Point Break (Kathryn Bigelow, 1991), pero con el ingrediente del Guasón haciendo su despelotadero. De ahí, todo se pone muy bueno, con el archivillano manipulando a la mafia y a los policías para poner en jaque a Ciudad Gótica y a sudar a nuestro superhéroe, que igual con todo ese látex, la capa y las mil porquerías que se cuelga ha de sudar nomás por subirse en el Batimóvil.

¡Ah!, si ya vio la cinta, no le ande diciendo a todo mundo que salió en éxtasis, porque luego uno espera dejar la sala con los ojitos en blanco y pues nada. Mejor diga que la película está dos-tres, para que baje la expectativa de sus compas y estos salgan muy felices.

No nos malinterprete, El Caballero de la Noche sí es una muy buena película, pero tampoco es taaaaan orgásmica como dicen los bati-fans que la fueron a ver en su estreno de media noche (tratando de justificar la desvelada). Las secuencias de acción son de buen nivel, aunque muchas de ellas mañosamente cercanas, para dejarle toda la magia a la edición y al sonido. Además, de pronto Christan Bale da como penita ajena cada que finge la voz debajo de la máscara, suponemos que es para darle más oscuridad y misterio al personaje.

¡Ya sabemos que todos los actores que han interpretado al Murciélago hacen lo mismo!, pero ya, sin sentir que comete pecado, ¿no le parece medio mamoncita y exagerada la interpretación de Bale?

En cambio Ledger (¡vamos a lo mismo de todos!) no tiene broncas, luce y bien, hasta ni parece Ledger debajo de la pintura de payaso. Eso sí, como para darle el Óscar, mmm... ya lo dirán los que sí saben de cine.

Los autores no son críticos, son puro payaaaaasoooo, ¡pero qué le van a haceeeer!