
Como un ser escurridizo, voluble y siempre en movimiento que puede entender la avaricia y la lujuria, más no los valores de la definición y el confinamiento. Así es la manera de definir a Bob Dylan por el escritor Jonathan Cott en su libro “Dylan Sobre Dylan” de Globalrhythm a donde el cantautor confirma esa fama de esquivo que tiene al dar entrevistas.
“Dylan sobre Dylan” reúne 31 entrevistas memorables que le fueron realizadas al cantante durante 40 años y también da a conocer algunas frases sobre su vida y trabajo.
Cott, pretende profundizar en la vida de uno de los personajes más complejos de la historia musical que se ha resistido en su vida y trabajo a ser encapsulado y canonizado.
En definitiva, un artista escurridizo...
Como bien lo dijo alguna vez Dylan: “esa posición la podría ocupar otro, yo sólo me dedico a la música”. (Jann S. Wenner en 1969).
Definitivamente Dylan siempre adopta un tono burlón y surrealista al responder cierto tipo de preguntas en las entrevistas. Nat Hentoff columnista, crítico de Jazz y novelista histórico le preguntó en 1966 qué hacía para pasarlo bien, a lo que Dylan le respondió: “Contrato gente para que me mire a los ojos, luego, hago que me pateen el culo. ¿Así se la pasa bien? No, me lo paso bien, cuando les perdono”.
Cuando contaba con tan sólo 22 años y acababa de iniciar su carrera como cantante, corría el año de 1963 y Dylan declaró: "Cualquier cosa en la que valga la pena pensar , merece ser cantada”.
Esta frase la deberían aplicar muchos de hoy en día que cantan cualquier cosa, sólo por “cantar”.
Cuando Dylan cambia de género, a mediados de los sesenta, lo apodan “Judas”. Esta fue la razón por la que se la pasó respondiendo durante varios años preguntas sobre los motivos que lo llevaron a cambiar su sonido, incluso, en una de estas entrevistas el propio Robert Zimmerman (Bob Dylan), desmiente que el origen de su nombre artístico se deba al poeta “Dylan Thomas”, simplemente se quedó con Dylan porque tenía un tío que se llamaba Dillon, solo cambió una letra porque se escuchaba mejor.
Y en efecto, todo aquel que haya leído al poeta “Dylan Thomas”, se podrá dar cuenta que nada tiene que ver con el cantautor, eso mismo se lo dijo al “Chicago Daily News en el año de 1965.
A pesar de su abundante presente, Dylan llegó a declarar a la prensa que "no tenía ninguna esperanza en el futuro, tan sólo esperaba tener suficientes pares de botas para cambiarlas con frecuencia”….y el que descifre la siguiente respuesta, será un gran descifrador y entendedor de las buenas palabras.
“Si tratas de ser cualquier otro que no seas tú, fracasarás. Si no eres leal a tu propio corazón, fracasarás, aunque también no hay ningún éxito como el fracaso”. (Revista Playboy 1978).
Rolling Stone 2001: “Nunca escucho mis discos, una vez que salen, se acabó. No los quiero escuchar más”.
A pesar de que Dylan reconoce a Elvis Presley, John Lennon y la forma de tocar la guitarra de George Harrison, uno de sus mayores halagos se lo reserva para su gran inspiración, Woody Guthrie, el padre de todos los cantautores norteamericanos: “Un día escuché a Woody Guthrie y todo cobró sentido” 1984…
“Dylan sobre Dylan” reúne 31 entrevistas memorables que le fueron realizadas al cantante durante 40 años y también da a conocer algunas frases sobre su vida y trabajo.
Cott, pretende profundizar en la vida de uno de los personajes más complejos de la historia musical que se ha resistido en su vida y trabajo a ser encapsulado y canonizado.
En definitiva, un artista escurridizo...
Como bien lo dijo alguna vez Dylan: “esa posición la podría ocupar otro, yo sólo me dedico a la música”. (Jann S. Wenner en 1969).
Definitivamente Dylan siempre adopta un tono burlón y surrealista al responder cierto tipo de preguntas en las entrevistas. Nat Hentoff columnista, crítico de Jazz y novelista histórico le preguntó en 1966 qué hacía para pasarlo bien, a lo que Dylan le respondió: “Contrato gente para que me mire a los ojos, luego, hago que me pateen el culo. ¿Así se la pasa bien? No, me lo paso bien, cuando les perdono”.
Cuando contaba con tan sólo 22 años y acababa de iniciar su carrera como cantante, corría el año de 1963 y Dylan declaró: "Cualquier cosa en la que valga la pena pensar , merece ser cantada”.
Esta frase la deberían aplicar muchos de hoy en día que cantan cualquier cosa, sólo por “cantar”.
Cuando Dylan cambia de género, a mediados de los sesenta, lo apodan “Judas”. Esta fue la razón por la que se la pasó respondiendo durante varios años preguntas sobre los motivos que lo llevaron a cambiar su sonido, incluso, en una de estas entrevistas el propio Robert Zimmerman (Bob Dylan), desmiente que el origen de su nombre artístico se deba al poeta “Dylan Thomas”, simplemente se quedó con Dylan porque tenía un tío que se llamaba Dillon, solo cambió una letra porque se escuchaba mejor.
Y en efecto, todo aquel que haya leído al poeta “Dylan Thomas”, se podrá dar cuenta que nada tiene que ver con el cantautor, eso mismo se lo dijo al “Chicago Daily News en el año de 1965.
A pesar de su abundante presente, Dylan llegó a declarar a la prensa que "no tenía ninguna esperanza en el futuro, tan sólo esperaba tener suficientes pares de botas para cambiarlas con frecuencia”….y el que descifre la siguiente respuesta, será un gran descifrador y entendedor de las buenas palabras.
“Si tratas de ser cualquier otro que no seas tú, fracasarás. Si no eres leal a tu propio corazón, fracasarás, aunque también no hay ningún éxito como el fracaso”. (Revista Playboy 1978).
Rolling Stone 2001: “Nunca escucho mis discos, una vez que salen, se acabó. No los quiero escuchar más”.
A pesar de que Dylan reconoce a Elvis Presley, John Lennon y la forma de tocar la guitarra de George Harrison, uno de sus mayores halagos se lo reserva para su gran inspiración, Woody Guthrie, el padre de todos los cantautores norteamericanos: “Un día escuché a Woody Guthrie y todo cobró sentido” 1984…
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