22 nov 2007

Foro ROCK101...


Bueno, y después de los momentos Coca – Cola olvidar otra parte importante en mi vida de aquella época de los ochenta, sería imperdonable… me refiero a ROCK101.

El momento justo llegó, y la “Idea Musical” comenzó a alimentarse a partir del primero de Junio de 1984. El cable musical que nos mantiene conectados hasta estos momentos, comenzaba a crecer al paso de los años.

Quién se iba a imaginar que la tecnología y una serie de **“viejos nuevos amigos”, unieran sentimientos, emociones, recuerdos, materiales, y de alguna manera, seguirían manteniendo vivo el espíritu rockanrolero de una estación emergida de las profundidades del 100.9 FM.

Contricanis…

No es lo que somos. Es lo que eramos.

Los que escribimos a diario esta historia musical, estamos marcados por un denominador común, y no me refiero a ROCK101, hablo de la música, en abstracto y en general. Para todos nosotros, la música ha sido más que para los demás: ha sido un barco, un avión, un tren, una cama, un libro, una sopa, un elemento decorativo, una base, un refugio, una escalera, una centella, una implosión, un pañuelo, una ironía, un mazazo, un salón de clases, una pedantería, una relación o un tranquilo paseo… Y (ahora si), todo eso se lo debemos a ROCK101.

Edades más o menos, para nosotros los años ochenta llegaron en el momento en que la curiosidad nos desbordaba. Fue el momento justo. Bien o mal, nos tocó crecer en un país a donde el rock era subversivo y peligroso; donde la balada constituía la sede de las buenas costumbres y de la tranquilidad familiar. Para nosotros, el rock era la dulcemente lobotomizada traducción de las canciones de Chuck Berry, Elvis Presley o Little Richard; donde las referencias sexuales y sociales se convirtieron en “le gusta bailar”, “falsa y fina frivolidad” o “un sombrero grande y feo”. Después de eso, el diluvio…convertido en un placido lago donde las canciones de Camilo Sesto y Manuel Alejandro eran prácticamente pornografía.

Lo peor fue cuando llegó Cocorito, un gigante tan bonito. Es decir, allá afuera, lejísimos, había un mundo musical donde bullían la rebeldía, la propuesta la grandilocuencia, el salvajismo…un territorio donde sin duda había que aventurarse. El problema era que no se sabía por dónde, hasta que se abrió la brecha a la altura del 100.9 FM…

Y porque el destino existe, uno a uno de los que hoy conformamos esa comunidad, fuimos cayendo en ella. Del otro lado se encotraba la brutal y cálida atmósfera del rock, un género egoísta y generoso, deslumbrante y oscuro. Amparados en este líquido amniótico, vimos pasar al resto de nuestra generación formaditos, demasiado bonitos para nuestro gusto. Nos hicimos dueños de una contraseña (nada secreta) que nos integró, nos plantó un suelo bajo los pies, nos mostró el universo inmenso encima de nosotros y nos dijo donde encontrar las alas.

Otra cosa que aprendimos bien, fue que no todo tenía que gustarnos, ni siquiera lo que aparecía en esta frecuencia. Así, fue que nos volvimos críticos y exigentes pero también cálidos y capaces de escuchar. Exactamente, ROCK101 nos enseñó a escuchar, y por eso, ahora escuchamos todo y de todos. Es aquí a donde hemos venido a recrear nuestro “Woodstock” particular, pequeñito y maravilloso. Por lo mismo, se nos estremece el cuerpo al escuchar esta frase:

“I saw the crescent. You saw the whole of the moon!”

Y es que la entedemos, gracias a ROCK101…y sabemos que el lector, también la entenderá.








“Mi agradecimiento profundo a Oscar Campos por permitirme el uso de su introducción editada en el libro “TODO ESTO ES GENTE 101”, del año 2004. A Ernesto (Dr. Frantik), por la frase que nos identifica en la comuna (**). Al foro ROCK101 de Yahoo, que sigue haciendo cada vez más fuerte y grande la aventura que nos conecta a través del cable musical y a toda esa gente cientoúnica que nos sigue a través de las fiestas de aniversario y posadas en el DADAX."